Todos los días de universidad deberían ser como hoy.
Levantarte a una hora decente, desayunar un buen tazon de chocolate y lavarte los dientes con calma. Llegar a la universidad a media mañana y quedar para decidir cómo montar ese trabajo de construcción. Luego terracita, repantigueo en la silla, sol, cerveza y reflexiones sobre el proyecto nuevo, el Construmat y los pisos de 30. Ahora soy como una gamba, pero sólo a trocitos. Uhm, eso es vida! XD

No creo que pueda ir al Construmat, la entrada es muy cara y no hay ninguna alma caritativa q me de invitación. Según lo que me han dicho, los pisos de 30 son graciositos, claro que la muchacha que lo comentó no tiene los proyectos más brillantes del año... ^_^U

Últimamente me levanto muy muy cansada, pero me están dando las notas de los parciales y voy aprobando! A ver si con la primavera me animo un poco!