... la noche abre su puerta en tu cabeza, en la tele un culebrón, la comida en el salón, esperando una sonrisa, un te quiero, una caricia. Las llaves se tornan gris tu habitación, entrando con el odio tras sus ojos, ya no tienes su calor, el alcohol es su sabor, empezando con reproches, los insultos, el desprecio. Y ahora no tienes nada que decir, ya no se si soy mujer o soy una mierda, sumida en la sinrazón, despojada del valor, víctima de su miedo, del fracaso, de sus celos... Ay Dolores! Los palos en tu espalda, la tortura en tu mente. Ay Dolores! Con el silencio de la sociedad.

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Que hago aquí, todo el día tirada en el sofá, me dan calambres en las piernas de estar sentada y me duele la cabeza de hacer física, almenos está terminada ya...
En Castellón están en el Jamaica, ahora toman café y juegan a las cartas, después han quedado con Aina para ir a cenar a algun lado, o en casa de Ne si el dinero aprieta. Cuando lleven una hora arreglándose se darán cuenta de lo tarde que es y de que casi es hora de cerrar Gramola, cantarán Ay Dolores!, beberán lo que les ofrezcan, saludarán a la gente que baila con ellas y serán especialmente encantadoras con aquellos que les interesa. El Boske será el siguiente lugar de paso, y quizás el Guilles, si aun está abierto. Las cama les espera sobre las 5, y la resaca a las 2 de la tarde.

Temo que pase el reloj, temo que llegue el lunes, y quede atrapada en los poderes de la geometría, el cálculo y los planos. Quiero que alguien me salve antes de que llegue el lunes, por favor.